¿Quién fue Alberto M. Alvarado?

Otro de nuestros grandes músicos del que no se habla tan a menudo (en comparación con Ricardo Castro) es Alberto M. Alvarado .

Las aportaciones de Alberto Melquiades Alvarado en el ámbito músical fueron no solamente como músico, sino también como compositor, pedagogo y empresario.

Brevemente podemos decir que, además de su gran obra musical, a el se debe en gran parte la introducción del cinematógrafo en Durango, así como los primeros pasos en el periodismo diario, y la gran difusión de la cultura y las artes que ocurrió a principios del siglo XX en nuestra capital.

Dentro de sus creaciones más reconocidas se encuentran la Danza Yaqui preferida de la esposa del presidente americano Herbert Hoover, así como los poemas sinfónicos Principe de Asturias y Cuahutémoc, los cuales han sido interpretados con gran éxito tanto en Europa como en los Estados Unidos.

Su vals Recuerdo fue declarado himno regional de Durango en 1963 e igualmente ha sido ampliamente interpretado en el extranjero.

Falleció en 1939 y sus restos fueron trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres en 1989. Y sí, su nombre se encuentra inscrito en el quiosco de la Plaza de Armas junto a otros grandes talentos de la música duranguense.

En la biografía del músico escrita por José R. Aguirre Aguilera se incluye la siguiente bella poesía. En ella Alvarado recuerda, en agradecimiento a la escritora Hada Hipalia, su años de juventud así como el lugar en el que creció:

Entre pinares, lindos arroyuelos,
entre encinales, palideces bellas,
altas montañas llegan a los cielos,
en cuyas cumbres irradian las estrellas.

Multicolores aves revoltosas
entre las selvas van de flor en flor,
y perfumado el aire de las rosas
todo es encanto, y se respira amor.

Recordar es vivir en la vida,
añorar la querida ilusión
de la hermosa mujer tan querida
a quien dimos nuestro corazón.

El perfume de hermosos cabellos,
el recuerdo de dulces sonrisas,
la expresión de sus ojos tan bellos,
y suspiros cual queja de brisas.

El encanto y los mil embelesos
que en sus labios nos brindan de besos,
que nos hablan de días tan hermosos
en que el sueño nos hizo dichosos.

Hoy buscamos en los arroyuelos
el encanto de dulces murmullos,
busca el alma de paz, los consuelos,
y embelesos de cantos y arruyos.

Octubre 1933,Durango


Fuente: Alberto M. Alvarado. Biografía y colección de obras. José Ramón Aguirre Aguilera. Escuela Superior de Música. Universidad Juárez del Estado de Durango. Mayo 1999.