Distinguidos Músicos Duranguenses

La obra de los dos músicos duranguenses que menciono a continuación es tan importante que el pretender sintetizarla en una sola publicación significa una tarea imposible. Sin embargo, por ahora solo pretendo hacer una presentación general de su trabajo, remarcar su valor y (quizá) motivar el entusiasmo por sus mas destacadas composiciones.

Silvestre Revueltas (n. Santiago Papasquiaro, Durango, 1899 – f. Ciudad de México, 1940 ). Compositor mexicano modernista de música sinfónica de la primera mitad del siglo XX, estudió violín y dirección orquestal tanto en México como en Estados Unidos. Aunque murió muy joven (a sus tan solo 40 años), es uno de los pocos mexicanos cuya obra es reconocida en el extranjero como “producto de la mente de un genio”y por ello mismo, a nivel mundial, es considerado como uno de los grandes compositores del siglo veinte. En la ultima década numerosos CDs de su música han sido interpretados por grandes orquestas como la Filarmónica de los Ángeles y la Sinfónica de Londres. Sin embargo, se destacan La noche de los mayas, famosa obra orquestal, así como Sensemaya frecuentemente interpretada sobre todo en Latinoamérica.

Gustavo Dudamel con la Orquesta Sinfónica Venezolana Simón Bolívar y, más recientemente, Alondra de la Parra, con la Orquesta de las Americas, forman parte de la nueva generación de jóvenes directores que no han podido excluir a Silvestre Revueltas de su repertorio debido al gran valor musical de su obra.

En el trabajo de Jesús del Toro encontrarán una reseña y breve análisis del impacto de la obra de este compositor en Estados Unidos.

Ricardo Castro o Rafael de la Santísima Trinidad Castro Herrera (n. Nazas, Durango, 1864 — f. Ciudad de México, 1907). Al igual que Revueltas su trabajo ha sido ampliamente reconocido en el extranjero. Sin embargo, su estilo musical pertenece al romanticismo del Porfiriato. Fue pianista y compositor realizando giras por Chicago, Filadelfia, Washington y Nueva York y nombrado Director del Conservatorio Nacional de Música y Declamación en 1905. Falleció a causa de una pulmonía. Entre sus obras destacan el vals Capricho (la más popular y conocida), sus óperas Atzimba, La Leyenda de Rudel, Don Juan de Austria, Satán vencido y El beso de la Rousalka.

Eva María Zuk, la afamada pianista mexicana, ha proyectado su devoción por las creaciones del notable Ricardo Castro en diversos recitales y conciertos. Y, nada menos que durante el XXXV Festival Cervantino, presentó un recital con temas como la Op. 1 de Rigoletto, Canción de amor, Prés du ruisseau, Capricho brillante Op. 16 y Arias nacionales mexicanos, entre otras.

En Notas en Red Mayor podrán encontrar una biografía mas extensa y profunda de Castro.

Por lo pronto, una versión del Vals Capricho por Mauricio Garza: